Por suerte, Osvaldito, ya prácticamente nuestro fotógrafo oficial, me alivió el trabajo enviándome una completísima producción, acabado reflejo de nuestro fin de semana serrano.
La publico con los títulos originales de Osvaldo, entrecomillados.
"Qué pomelos hay en la huerta!"
Ante todo, como ya es costumbre, nos dedicamos de lleno a asegurar nuestras vituallas. Tuvimos la suerte de contar con alimentos recogidos en ese mismo momento de la huerta, para acompañar al besugo, leit motiv del encuentro y a las increíbles rabas que hizo Jorgito.
Yo no vi ninguna planta de pomelos en la huerta, pero bueno, Osvaldo es Ingeniero Agrónomo, el sabrá.
"Me maté haciendo los sushi"
No contento con producir las fotos, Osvaldo nos sorprendió a todos con una entrada que lo reveló como un consumado sushiman. Rolls, makis y niguirirs, aderezados con wasabi,shoyu y gari deleitaron nuestros paladares con un adicional: Presentó en sociedad el Cellesi Roll, una creación bianca, verde e rossa de tomate seco, mozzarella y albahaca.
Grande Osvy-i!
"Jorgito parece que tiene 30 años"
Se supo: Jorgito no navega en el Ceres, lo de las fotos porno es una fachada. Se embarca en el Nostromo (ver Alien) y pasa hibernado la mayor parte de su tiempo de navegación, con lo cual, suspende su envejecimiento por largos períodos.
Si pueden, vean la foto agrandada y es de no creer, tiene cara de cadete de banco.
"Aquelarre"
Después de comer estuvimos un rato en la pileta y las chicas aprovecharon para actualizar sus respectivas bases de datos (a chusmear, bah!).
Mi pequeña Ema, brujita en miniatura, ya practica desde chica.
"Wimbledon"
Por la tarde, algunos ensayaron algunos drives y reveses. Yo esta vez no participé porque tengo codo de tenista (Como el del cuento).
A continuación, organizamos una caminata serrana, de modo de poder apreciar el paisaje en todo su esplendor. A despecho de lo recomendado en estos casos (calzado de montaña liviano o de trekking, en lo posible con protección en los tobillos), algunos optaron por variantes mas heterodoxas:
"Gambariola con chancletas"
Lili había hecho una promesa en la Gruta de los Pañuelos consistente en recorrer la sierra con unas elegantes sandalias con tacón y plataforma, promesa que cumplió. Igual parece que le costó, porque apenas llegó a Buenos Aires se compró un par de zapatillas, no sea cosa.
"Putooooo!"
El título de esta foto evidentemente genera un prejuicio acerca de la orientación sexual del portador de estas sandalias.
No importa Tony, vos tenés derecho a usar lo que quieras, te banco a muerte!
"Grupaisaje"
Muy pronto, empequeñecimos ante el imponente marco de la sierra.
"Charlton Heston"
Sin palabras
"Buenos amigos"
Muy pronto, los mas pequeños no pudieron seguir el ritmo de la caminata.
Santi, agradecido por el acarreo, le reveló el códico a Tony.
"Niño naturaleza"
Jordi Falcón se reveló como un curioso naturalista (o estaba comiendo zarzamoras?).
Aguante el Darwin de San Justo!
"Hombre changarín de niños"
Volvimos de noche, exhaustos. Ahora que veo con detenimiento, Pedro Mok tiene cara de "Cómo lo estoy cagando a éste, le dije que estaba cansado".
Esta foto me hace acordar al chiste de "Che, che; el camello está llorando" (incluye mímica, no lo puedo contar por escrito).
Después del salmón a la parrilla, finalmente nos dispusimos a descansar, los nenes con los nenes, en carpa, las nenas con las nenas, en la casa. Yo no los pude acompañar y me lleve los críos a una cabaña cercana.
"Solas en la madrugada"
Así lucían las niñas al comenzar el nuevo día. Convengamos en que nunca fueron de saltar de la cama como un resorte.
"La venganza"
Como siempre, lamentables hechos de violencia empañaron lo que debió ser una jornada de sano esparcimiento familiar.
Aparentemente, de una de las carpas surgieron insultos que ponían en duda la hombría y virilidad de los habitantes de la carpa vecina, lo que motivó una desproporcionada represalia, con derrumbe de cumbrera incluida.
"Desayuno de trabajo"
Habíamos convenido en desayunar en La Cumbre, pero al llegar nos dijeron que no tenían café. Qué querían que desayunáramos? Polenta?
Rápidamente, cambiamos el lugar de encuentro.
En un ambiente discreto y silencioso irrumpimos ruidosamente, ante la cara mezcla de resignación y fastidio de una camarera mas acostumbrada a atender pacíficos aldeanos.
Muy pronto, un revoltijo de cafés con leche y tés (mas el café con crema de Jordi, que le puso algo de distinción a la cosa) nos permitió saciar nuestra ansiedad por la cafeína.
Después volvimos a la cabaña Amaike, donde después de almorzar fuimos emprendiendo el regreso.
La nota de color la puso Osvaldo, que olvidó su celular y se dio cuenta no sé a cuantos kilómetros. No quiero pensar lo caliente que debía estar!.
Creo que la interpretación psicológica es que no quería irse.
Los Musca y nosotros estábamos parando por ahí, así que la seguimos hasta la noche, con esa sensación de haberlo pasado tan bien.
Creo que todos van a estar de acuerdo conmigo por lo que sigue:
Extraordinaria la hospitalidad de la familia Ramella Dieguez, no se puede creer que haya gente tan empeñada en que sus invitados estén bien!
No conformes con haber atendido a una horda de cincuentones que se creen adolescentes (de terror!), le ofrecieron la casa a los Musca, que se iban a Gessell.
Creen que eso les bastó?
Nooo! El domingo siguiente, como todavía andábamos por ahí, nos invitaron a un asado!
Pero bueno, eso ya es tema para otro post.